y
las nubes se hacen migajas
busco
tu piel traslúcida
constelada
de canela.
Mi
boca se estremece
anhelando
probar
las
olas,
la
playa huidiza.
Cual
ciclón, avanzas
destrozando
mis entrañas.
No
te vayas.
¡No
enfrentes a las rocas sola!
Déjame
tomar tu mano, besarla.
Acariciar
tus dedos
tus
ojos, tu lengua,
la
raíz de tu cabello
La
brisa nos envuelve.
¡Qué
las gaviotas callen!
En
el agua tibia, roja,
hundámonos.
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