constante,
pertinaz
sobre
la ciudad dormida
mancha
de gris
sus
vastas avenidas.
Ante
la noche ciega
busco
tu mano
pero
en fugaz instante
tu
silueta se me pierde
entre
cristales de bruma.
No
me dejes aquí
hundido
en callejones
de
recuerdos pálidos
distante,
ajeno
a tu
risa exuberante
Aparta
las nubes
negras
y violetas
que
brote la luna,
roja,
redonda
acude
a mi abrazo, pronta.