No
me dejes así,
atado
al cordel de tu risa
bañado
en la frescura de tu esencia
sabor
a coco y piña.
¿Qué
buscaré tras las montañas
sembradas
de espinos
que
no sea tu silueta, tu boca,
el
fino hilo de tu cabellera?
No
me dejes así,
entre
la maleza seca
ajeno
a tu mirada líquida
distante
del tibio contacto
de
tu piel oceánica
Asoma
ya de las heladas nubes
en
forma de viento, niebla y lluvia
reverdece
este corazón
quebrado
por la sequía
nacida
de tu ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario